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03-10-2004

Russ Meyer, profeta del poderío pectoral



El pasado 18 de septiembre moría Russ Meyer, el Fellini del cine erótico, en su casa de Hollywood a los 82 años de edad, debido al agravamiento de una pulmonía. Hijo de un policía y una enfermera, produjo, dirigió, financió y escribió 23 filmes basados e

El pasado 18 de septiembre moría Russ Meyer, el Fellini del cine erótico, en su casa de Hollywood a los 82 años de edad, debido al agravamiento de una pulmonía. Hijo de un policía y una enfermera, produjo, dirigió, financió y escribió 23 filmes basados en historias tórridas que mezclan sexo y violencia. Sirva este articulo como homenaje póstumo.


La carrera cinematográfica de Russ Meyer, considerado el profeta del poderío pectoral, esta sazonada de glándulas mamarias amenazadoras, hembras insaciables y machos desbocados frente a monumentos carnales de proporciones ultrahumanas. Recuperamos parte de este inframundo cinematográfico, que ha servido para canonizar a Meyer como uno de los referentes claves a la hora de estudiar el cine independiente norteamericano, creador de un personal genero cinematográfico, nítido narrador, experto autopublicista y amante del rock más grasiento.


Russell Albion Meyer nació en Marzo de 1922 en San Leandro (California). Desde la adolescencia demostró tener gran afición y dotes para el cine y la fotografía. Tras alistarse en 1941 en el ejercito como cámara de guerra, recibió cursos de cámara cinematográfica por medio de Kodak y MGM, incluyéndose algunas tomas suyas en Patton (Franklin Schaffner). Al volver del frente, Hollywood le veta el acceso por considerarlo inmaduro en la materia, decantándose por dedicar los cuatros años siguientes a realizar documentales para refinerías, astilleros y demás mamotretos relacionados con el oro negro. También trabajó como operador, montador y técnico de sonido en prestigiosas series de la Era Dorada de la televisión norteamericana, como El Fugitivo, Perry Manson o Rawhide. Don Ornitz adentrara a Meyer en el glamouroso mundo curvilíneo que cautivara definitivamente al cineasta. Sus servicios como fotógrafo son prestados a diferentes revistas para hombres como la naciente Playboy, Modern Man o Photography Glamour. En 1959 cae en las redes del cine, rodando The French Peep Show, una especie de semidocumental sobre espectáculos de teatro picante, escaparate de innumerables danzas eróticas. El siguiente paso será The Inmoral Mr. Tears, fundamentándose en el nudismo libertino y el humor negro, engendró un nuevo estilo dentro del cine independiente, donde las femeninas se desnudan ante la invisible mirada del voyeour. Con su estreno en Seattle rompió una de las grandes barreras en la sociedad estadounidense, la hipocresía en torno al mundo del sexo y su apertura al celuloide sin rubor.


La incansable mente calenturienta de nuestro encantador viejo verde, inicia una feroz actividad fílmica en la que se suceden argumentos cargados de sexo y violencia, introduciendo elementos de la cultura juvenil contemporánea (R`n´R, velocidad, chicas salvajes, sexo...), humor visual salvaje, desaforado exhibicionismo pectoral, diálogos calientes y soeces, reflejando en todas sus películas sus sueños húmedas más recomendables. Ejemplos que cumplan los requisitos mencionados serán títulos míticos de la talla de Lorna, Mudhoney, Heavenly Bodies, Mondo Top-Less, Fanny Hill o Motorpsycho.


Pero hablar de Meyer es hablar de atrocidades fílmicas tan representativas como Faster Pussycat: Kill, Kill!, Up! con factores comunes como guiones descerebrados, imágenes alucinógenas de colores vivos, gore, música psicodélica o la saga Vixens (Vixen, Megavixen, Supervixens, y Beneath the Valley of the Ultravixen) disección a cuerpo abierto y sin anestesia de la América profunda más rancia y puritana a través de tragedias campestres obtusas. Dando vida a sus protagonistas femeninas encontramos a mujeres (Lorna Maitland, Lori Williams, Tura Satana, Kitten Natividad, Lola Langusta o Shari Eubank) de fama efímera y vida licenciosa, pioneras de las actuales reinas del porno.


No pasaremos por alto sus coqueteos con el mundo de la música, y es que Russ inicio un proyecto frustrado con los Sex Pistols, llamado Who killed Bambi?, que únicamente duro tres días debido al agobio al que era sometido por Malcom Mclaren y que posteriormente se convertiría en The Great Rock`n´Roll Swindle. Algunas de las bandas sonoras que acompañan a sus películas fueron editadas por el sello alemán QDK Media-Normal y recupera los momentos sonoros más destacables de la trayectoria del director erotico-festivo, donde instrumentales jazzisticos, R´n´R pantanoso y cortes extraídos de los diálogos originales conforman un mosaico sonoro incomparable.




Autor: Rafa García-Moreno

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